Un cierto tipo de cine, o mejor dicho, una cierta manera de acercarse al cine, o al arte, o a la vida, nos arroja constantemente a lugares y espacios para habitarlos, para volver una y otra vez aunque nunca hayamos estado ahí en un principio.

Admito que mi opinión es sesgada con esta película, ya que me trae una ola de melancolía y ganas de emborracharme mientras recuerdo mi infancia.

Las películas de Netflix navideñas nos brindan toda la comodidad de un té de jengibre con demasiada azúcar, o la tía abuela que da el mismo regalo todos los años.

Christmastown tiene que ser el peor lugar para pasar Navidad.