EN FOCO: DIRECTORES
DOCUMENTALISTAS ESTADOUNIDENSES
Si Wiseman fuera un pintor, tal vez sería alguien como Bruegel, en la forma en que logra una visión totalizante de un pueblo a través de muchas pequeñas escenas en sí no muy significativas, pero también en la decisión de documentar a gente ordinaria y en la calidad satírica de muchas de las secuencias.
Sí, nosotros también somos animales, o tal vez una caterva de robots, cada uno con su naturaleza, pero somos el animal que se pregunta por qué. Que no puede hacer otra cosa.
el tiempo de tarkovsky
Tarkovsky se expresa desde sus memorias, sueños y realidad haciéndonos entender el tiempo como una simple idea.
Su corta obra entrega una mirada atenta a las ruinas de las personas, los espacios, y las culturas. Es en ellas donde el director exhibe lo sublime junto a lo trágico, como si fueran dos conceptos indivisibles.
Lo que queda es el sueño de la vida, el amor experimentado, los compañeros de viaje, los juegos, los recuerdos de la felicidad, de los días de sol, de agua fresca, de amigos y aún después de habernos sentido solos o perdidos por momentos, el recuerdo de la alegría.
Todos los cortes esconden algo, pero este me hizo muy consciente de lo que yo no estaba viendo.
Nuestra búsqueda incansable de libertad espiritual nos ha convertido en viajeros sin destino alguno — ¿y a qué precio?
las soledades de chantal akerman
Me enseñó que el cine puede ser una búsqueda, una carta, un momento en el que se escapa una verdad escondida, una mujer en una cocina cerrada amasando una carne molida, un tiempo muerto con vida. Después de tres escuelas de cine, Chantal ha sido, de mis profesoras, la más directa de todas.
Dentro de un espacio concebido para ser usado por tiempos limitados y definidos, Chantal Akerman se planta, como una hierba que sube desde lo bajo del concreto por los pequeños recovecos dejados por el paso del tiempo.
Cada nueva tecnología de distribución/consumo y preservación de imágenes en movimiento reescribe y reedita, por inclusión o por omisión, la historia del cine, a la vez que confronta los valores sobre los que se va fundando el capitalismo moderno del que este ha sido testigo y forjador activo: “Es más fácil imaginar el fin del mundo que el del capitalismo” continúa Mark Fisher.
Hoy, 5 años después, en el encierro que implica vivir temiendo por todos los que están cerca o lejos, en el miedo que supone no saber si volveré a verlo, y con la sensación de estar perdiendo cada día un poco de control sobre todo lo que antes ¿tenía?; saber que esta imagen existe, me hace feliz.
En plena cuarentena, Maia Otero se sienta en la sala de cine vacía a ver tres películas de Chantal Akerman. Este texto es el diálogo de Maia con estas piezas y con su realizadora.
los crímenes de alfred hitchcock
El motivo de un crimen jamás está a la altura de la vida de un ser humano.
La fragilidad moral y ética de los tres personajes principales de Notorious.
“Tout est bien qui finit bien”
En Shadow of a Doubt, la sombra de la certeza es mucho más larga que la de la duda.
Lo primero que ha decirse sobre Rebecca es que es una película de grandes narices.
LAS MULTITUDES DE ROBERT ALTMAN
El hecho de que esta película siga siendo tan relevante hoy en día, y quizás incluso más que en su fecha de estreno, es preocupante. Pero como vemos en Nashville, el mundo está repleto de personas tan únicas como manipulables, desesperadas por hablar pero casi nunca dispuestas a escucharse.
Todo lo que se ve y se escucha está al servicio de la narración, nada es capricho. Los juegos de espejo superan la trama y se permean en cada esquina del plano. Todo esto no hace más que acentuar la tragedia emocional, el sentimiento perturbador de estar perdiendo el contacto con la realidad y con la consciencia del “yo” único e indivisible. No conectar emocionalmente con esta película es carecer absolutamente de empatía.
los cuentos de eric rohmer
Ma Nuit Chez Maud es, en esencia, una película sobre extremos: la castidad y la seducción, la casualidad y el destino, la mente y el corazón.
Cuando vi esta peli con 15 años, me acuerdo que anoté en mi cuadernito de adolescente wannabe “Gaspard es un loser”. Ese había sido mi resumen del personaje. Creo que sigo pensando lo mismo. Me ha tocado toparme con algunos Gaspard en lo que fui creciendo y sólo sirvieron para recalcar ese pensamiento inicial: Gaspard es un loser.
Como en el teatro, las circunstancias son las que generan el drama, las que despiertan emociones ocultas en los personajes, y son las que generan historias. Digo en el teatro, pero es algo común a todas las artes narrativas, entre ellas la vida misma.
Volver a ver esta película en este momento de mi vida fue un reencuentro que me conmovió mucho. Me conmueve también que sea una de las películas más amadas de Rohmer. Siempre he pensado que hay que confiar en las cosas sencillas.
La palabra, como en muchas otras películas de Rohmer, es un eje central de la película. Todo lo que vamos a analizar en este texto pasa por ella: la posición de cada personaje dentro de la trama, el aspecto teatral de algunos momentos de la puesta en cámara y del quiproquo central de la película, y claro, el amor (“esa palabra”).
La moral es algo muy presente en el pensamiento francés, y por lo tanto en el pensamiento Rohmeriano. Sin embargo la particularidad de esta moral, tal y como la estudiamos en las clases de filosofía y como la ponemos a prueba en el día a día, es que no es moralista ni moralizante.
Make ‘em laugh: homenaje a stanley donen
Hay grandes combinaciones en la filmografía de Stanley Donen, pero Funny Face es probablemente una de las más perfectas en términos visuales, musicales y actorales.
Esta es una de esas películas que hoy en día no se podrían hacer sin sufrir fuertes acusaciones de parte del clan de lo políticamente correcto. Posiblemente en su época haya chocado justamente por lo contrario. En cuanto al discurso, es posiblemente de las películas de Stanley Donen que más ha envejecido. Pero hablemos de lo que nos sigue dando: malinterpretaciones de la biblia, una mirada proto-feminista, y escenarios idílicos.
Hay miles de razones por las que esta película es un referente en su carrera (y en la historia del cine). Hoy en día la historia parece simple, como deben ser los musicales, e incluso ingenua, como muchas películas de la post-guerra. Pero la verdad es que el sentimiento de alegría que nos deja ha superado la prueba del tiempo. Sin embargo, es también mucho más que eso; es el cine dentro del cine, es el retrato de un momento crucial en la historia del séptimo arte, es una construcción de escenarios complejos y de momentos de pura comedia y de puro amor.
Cuento viejo: un marinero desembarca en Nueva York y tiene un día para romper corazones. En Follow The Fleet (1936), Fred Astaire y Ginger Rogers juegan a ese juego. Él la enamora, ella se deja llevar. Sin embargo en On The Town (1949), nuestros hambrientos e ingenuos protagonistas tienen tres acercamientos muy distintos al amor.
La celebración es una postura hacia la vida. No es que ignore la existencia del dolor el resto del tiempo, en el resto de las cosas que hay que hacer para mantener la vida, en el hecho de que la vida viene acompañada de tanta pérdida — de seres queridos, de placeres, memorias, juventud o simplemente tiempo.